La afición de Fernando Orlando por la literatura viene ya desde su adolescencia, donde fue redactor jefe de una revista escolar. Dicho amor por las letras tuvo continuidad muchos años más tarde en forma de diversas colaboraciones en prensa ya desde el año 1954 y más concretamente desde 1960 hasta 1977 en una columna semanal publicada en El Diario Vasco, primero con el título de «Pinceladas» y luego «Vivencias». En ella, a través de reflexiones diversas, desarrollaba temas relacionados con una gran variedad de ámbitos. Temas que recogió y publicó en seis tomos más dos libros de memorias.

DIÁLOGO

«Entre nosotros no cabe el diálogo», quiere decir que nuestras posiciones son irreductibles y que no queremos admitir otra postura que no sea la nuestra.

El diálogo es un ideal de convivencia social que consiente la discusión de un tema bajo diferentes ángulos.

Muchas veces participamos en diálogos con la idea preconcebida de imponer nuestro criterio.

Discusión. Cuando el diálogo pierde la serenidad que lo debe presidir.

Cuando dos personas o más dialogan verdaderamente, la conversación es un arte.

Para que el diálogo sea auténtico debe seguir su curso propio, como un puro silogismo, sin que exista una influencia determinante que no proceda del mismo contexto del diálogo.

Diálogo. Entre padres e hijos. Indispensable para romper barreras de incomprensión.

La dificultad enorme que encuentran padres e hijos para dialogar es que siempre hay uno de ellos que cree tener toda la razón.

Diálogo entre generaciones, entre superiores e inferiores, entre gobernantes y gobernados. El diálogo es una necesidad.

Cuando solo el padre o el superior o el gobernante hablan, el diálogo, que debería ser, se convierte en insoportable monólogo.

Los mayores enemigos del diálogo son la soberbia, el prejuicio, la intolerancia.

Es triste observar que lo que perseguimos, casi siempre, es convertir el diálogo en un monólogo de lucimiento personal.

La sociedad moderna está extinguiendo el viejo diálogo, víctima de los modernos medios de difusión, y un nuevo diálogo, difícil, dodecafónico, está surgiendo por encima de las prensas, las antenas, los ordenadores… Y sin embargo habrá siempre un viejo diálogo que no se extinguirá.

El diálogo de las olas con la playa, del viento con los árboles, de la luna con las estrellas…

El diálogo es la vía del encuentro…

Fernando Orlando (Tomo I, pág. 75)

ENCUENTRO

Todos tenemos que realizar el encuentro en varios momentos importantes de nuestra vida.

El encuentro es algo así, como el cruce de nuestra vida con otra que nos va a influir decisivamente.

Hay etapas de la vida, la juventud en especial, en que se vive intensamente esta necesidad del encuentro.

Encuentro con las personas que influirán en la orientación de nuestras vidas: nuestros maestros, nuestros amigos…

Hay que estar predispuesto al encuentro feliz, con un estado de ánimo abierto, generoso, receptivo.

El encuentro ha de ser como el sol en el alba: un anuncio de luz y de calor.

No hay que dejar pasar el momento del encuentro: ni en la juventud ni en la madurez.

El encuentro, para que dé buen resultado, debe estar bien preparado, entre elementos que se compenetren, se complementen y se comprendan.

Hay momentos en que es necesario que el encuentro se produzca.

Hoy el encuentro es una necesidad para establecer, sin drama, el proceso del cambio.

Es preciso provocar el encuentro de las generaciones.

Encontrarnos nosotros y los que constituyan nuestro problema.

Con buena voluntad el encuentro es siempre positivo.

Fernando Orlando (Tomo IV, pág. 96)

PACIENCIA

Paciencia es la virtud de saber padecer o sufrir,

por una razón de orden superior, los acontecimientos adversos.

Paciencia por razón de un valor físico y moral superior.

Paciencia por razón de unas convicciones personales,

de fe en sí mismo y en el futuro.

La paciencia es el muro en que se estrellan las olas

de la incomprensión, de la dificultad, de la depresión,

de la opresión.

Ser paciente es como desbordar una paz interior

que inunda todo lo que nos puede afectar.

Tener paciencia es como disponer de un bálsamo

que alivia nuestros males y preocupaciones.

Cuando se pierde la paciencia,

aparece el temperamento en toda su crudeza.

No se puede abusar de la paciencia de nadie,

porque ello va contra la justicia y contra la caridad.

La paciencia está alimentada por la esperanza.

Amor es el sentimiento que más obliga a tener paciencia.

Muchas veces la impaciencia traiciona nuestro amor

y nos hace actuar desacertadamente.

La paciencia es el refugio de los humildes.

Fernando Orlando (Tomo III, pág. 253)

ALMA

El alma es el espíritu que encontramos

dentro de nosotros mismos.

Tener alma es algo que excede

de la propia naturaleza humana.

Cuidar el alma,

el soplo divino que llevamos dentro,

es religión.

«No tiene alma…»,

cuando no hay atisbo de bondad en una persona.

Cuando el hombre se desvía de la ley natural,

eso es pecado.

El que tiene alma tiene espíritu, ánimo, valor.

Jesús nos enseña a tener alma….

cuando amamos…

cuando sufrimos…

cuando aceptamos…

¡Oh, Dios mío, alma mía!

¡Déjame gritar en tu silencio!

Fernando Orlando (Tomo V, pág. 15)

ESCUCHAR

Escuchar es la forma de afinar nuestra sensibilidad

para llegar al prójimo.

No se puede ir por la vida dando voces y sin escuchar a nadie.

El que es totalitario grita,

pero no escucha.

Escuchar es callar, atender, entender y contestar razonadamente.

El que escucha está en disposición de amar.

Escuchar el latido de los corazones y saber interpretarlos

como si fueran una melodía constante.

Estamos en una época transcendental en la que

el escuchar nos enseñará al camino difícil que ahora no vemos.

Del fondo de la humanidad siempre surge un murmullo de voces que el oído fino y sensible sabe interpretar.

Hay que concentrarse para poder escuchar las palabras,

a veces incoherentes, a veces incomprensibles, otras hirientes,

que profiere nuestra juventud.

De la concentración en la escucha nace la meditación

y de aquí la reflexión y por fin la conclusión.

Escuchar requiere esfuerzo porque supone dominar

nuestra egolatría e interesarnos por los demás.

El arte de escuchar se ha de completar con el diálogo.

Del diálogo, sincero, confiado, constructivo,

nace la luz que ilumina por igual a ambos interlocutores.

Solo escuchando atentamente, inteligentemente,

se puede llegar a un acuerdo.

Fernando Orlando (Tomo III, pág. 242)

EQUILIBRIO

Equilibrio es una situación que hace posible

mantener la estabilidad.

El equilibrio solo se concibe dentro de un orden.

El desequilibrio aparece

cuando las cosas pierden su orden natural.

El hombre equilibrado vive integrado en la sociedad.

Cuando se rompe el equilibrio de la naturaleza,

aparece la catástrofe, el seísmo,

el ciclón, el diluvio, la sequía, la contaminación.

Cuando se rompe el equilibrio en la sociedad, aparecen

el desorden, la violencia, la revolución.

Equilibrio, cuando la palabra se sostiene sola.

Esa es la idea.

Fernando Orlando (Tomo VI, pág. 52)