IX CONCURSO

PREMIO OROLA DE VIVENCIAS

2015

IX PREMIO OROLA 2015 «FACER ESPAÑAS»

El viernes, 22 de mayo se reunió el jurado y falló el IX Premio Orola en los salones de la Real Gran Peña de Madrid. Resultaron ganadoras las siguientes vivencias:

Primer premio de 3000 euros para «Las palabras mejores» de César Ibáñez París, de Zaragoza.

LAS PALABRAS MEJORES

Nunca he viajado a la América que habla español, pero la he leído. El páramo incendiado de Rulfo, la sangrienta revolución de Carpentier, los inflamados y terrosos versos de Neruda, los mundos mentales e infinitos de Borges, la húmeda melancolía de Onetti, la desmesura exacta de García Márquez, la violencia y el humor de Vargas Llosa, la intrincada imaginación de Cortázar, La Habana resucitada en la memoria de Cabrera Infante. No es lo mismo, lo sé. Las palabras revelan, ante todo, al autor, y solo secundariamente a la tierra, al paisaje, al continente asombroso; pero, por otra parte, solo las palabras explican, inquieren, comprenden, hacen dudar, ponen en valor y en solfa lo que hay. Es decir, que la vivencia, sin el lenguaje que la hace entendible y pensable, sería cúmulo informe de imágenes y sensaciones, fluido más o menos agradable en el que flotar, pero en el que sería imposible nadar, avanzar. En cambio, la vivencia de las palabras mejores contiene la experiencia y el conocer de los que saben más que uno, de quienes antes que nosotros han sido capaces de rasgar el velo de lo aparente y penetrar en el fundamento, en la savia de la realidad. La vivencia hecha lenguaje es útil; hecha gran literatura, imprescindible.

Nunca he viajado a la América que habla español, pero la he leído.

Segundo premio de 2000 euros para «Brindis de una tarde de verano» de Alejandro Martín Navarro, de Dos Hermanas (Sevilla).

BRINDIS DE UNA TARDE DE VERANO

A lo lejos el sol se hunde en la marisma.

Yo la contemplo desde los altos cerros

y veo la montaña de sal oscurecerse.

La vida sabe a poco en los labios del hombre:

apenas un destello, un relámpago sordo.

 

Pero abril es eterno debajo de la luz

que se derrama, lenta, sobre las parras verdes

y sobre los olivos de esta tierra. Los hombres

vuelven de sus labores con cestos, a lo lejos,

y las mujeres llevan delantales manchados.

Caminan sobre el manto de la tierra

recogiendo las uvas verdes de la alegría.

España, vieja rueda de trabajos y años

donde se muele el tiempo, la dicha y los cantares.

 

Pero el vino es liturgia de la tierra

que levanta en su altar las plegarias del mundo.

Por eso alzo mi copa,

en las últimas luces de este día

antes de que las sombras inunden nuestros ojos.

 

Brindo por nuestros cuerpos tumbados en la hierba

de un campo interminable, por la dicha

de unos ojos que miran otros ojos

como un espejo puro de metal y fuego.

Brindo por las mañanas de San Juan,

por los niños corriendo por los largos pasillos,

por las luces nocturnas de la ciudad dormida,

por las dunas cubiertas de enebrales

con hileras de hormigas avanzando en sus hojas,

y brindo por las calles infectadas del puerto.

 

Brindo por esta tierra,

patria de las cigüeñas y los buitres,

por sus montes brillando bajo la luz de mayo,

por la risa nerviosa de una muchacha frágil

y por su piel de almíbar, porque un hombre

que no es nada y que nada merecía

tuvo la extraña suerte de la dicha.

 

Brindo por el misterio de esta hora

mientras arde a lo lejos, como un disco de fuego,

toda la luz del mundo sobre el mar.

Tercer premio de 1000 euros para «Facer Españas» de Manuel Laespada Vizcaíno, de Albacete.

«FACER ESPAÑAS»

I

«Miré los muros de la patria mía…»

(Francisco de Quevedo)

 

A esta patria tan suya y tan amada

le surcan todavía por sus venas

dolores viejos, repetidas penas

que aún no han cicatrizado. La dorada

época de esplendor quedó atrapada

en los libros de historia. Hoy apenas

del muro se recuerdan sus almenas

y el esplendor arcano, casi nada.

Mas si este pueblo, corazón y arcilla,

expandió sus raíces a otro mundo,

merece, justo aval, la confianza.

Descuidad, don Francisco, su semilla

germinó en un subsuelo tan fecundo

que aún florecen gavillas de esperanza.

 

II

«No he de callar, por más que con el dedo…»

(Francisco de Quevedo)

 

No es menester que calle todavía,

precisamos saber que su garganta

ante lo injusto clama y se agiganta

henchida de razón y gallardía.

No es menester que calle, cada día

la sinrazón a la ternura espanta,

como si Cierzo con su voz quebranta

al dedo acusador. Y le diría

que en este deambular precipitado

es cuando más su voz se necesita

para alcanzar la luz. Llenar el hueco

que a la palabra le hemos usurpado.

Y una vez más acudirá a la cita,

si no su voz veraz, lo hará su eco.

LAS VIVENCIAS FINALISTAS

9         LAS PALABRAS MEJORES – SORIA

59       BRINDIS DE UNA TARDE DE VERANO – SEVILLA

65       MALINTZIN, DOÑA MARINA  – MADRID

69       VOZ MESTIZA  – CONCEPCIÓN DEL URUGUAY (ARGENTINA)

92       YO SÉ QUIEN SOY  – SABADELL (BARCELONA)

164     FACER ESPAÑAS  – MANZANARES (CIUDAD REAL)

359     PLOVDIV-TOLEDO-QUITO  – SOFÍA (BULGARIA)

385     SUITE ESPAÑOLA, OPUS 47, GRANADA ISAAC ALBÉNIZ  – VERA (ALMERÍA)

499     AÑORANZA SECRETA –  AREQUIPA (PERÚ)

550     FACER ESPAÑAS: BRINDIS CELEBRANTE – REPÚBLICA DOMINICANA