VI CONCURSO
PREMIO OROLA DE VIVENCIAS
2012
VIVENCIAS PREMIADAS EN EL VI PREMIO OROLA 2012
Primer premio de 3000 euros para Fátima Martín Rodríguez de Santa Cruz de Tenerife por su vivencia «Las cicatrices de las cosas».
LAS CICATRICES DE LAS COSAS
La puerta azul abre la buhardilla crujiente. Allí habita un jardín rebelde de objetos. Cosas con cicatrices que siempre esperan. Empiezan su reunión y me invitan a acariciar la máquina de escribir desdentada, el reloj sin agujas y la brújula que señala al sur. Se asoma el caballete tatuado de óleo derramado y tras ellos el telescopio llegando a la luna.
Hoy el globo terráqueo está inquieto. En su cartografía tiene los lunares rojos ya vistos, y muchos más, azules, diciendo dónde ir. Le he hecho bailar, como ha pedido, y se ha mareado al girar. Repaso la libreta de exploraciones con los ciento veinticuatro países por vivir. Hice las cuentas para rescatar tiempo: realizar dos viajes al año y alcanzar la edad de ochenta y tres. El jardín de prodigios siempre espera; soy yo la que cierro la puerta azul y entro de nuevo en el olvido.
Segundo premio de 2000 euros para María Casado Alonso de Madrid por su vivencia «La caja».
LA CAJA
Tenía ocho años y también una caja roja, grande y brillante donde guardaba los vientos. Todos los vientos: esos ligeros y cálidos del verano, los huracanados que arrastran con todo a su paso, los gélidos y azules de enero, los frescos y olorosos que nos serenan, los ciclones brutales…En fin, lo que decía, todos los vientos. El problema era que a mi madre no le gustaba nada mi caja y decía que los vientos no se podían meter en una caja, que no inventara historias raras, que ya era mayorcita para andarme con fantasías de niña. Y un día se enfadó tanto conmigo, que me quitó la caja y para demostrarme que no había vientos dentro la abrió de un golpe. Yo me tapé la cara con las manos y encogí mi cuerpo. Nuestra casa voló por los aires mientras nosotras nos agarrábamos al árbol del jardín.
Tercer premio de 1000 euros para Daniel Somolinos de Madrid por su vivencia «Tengo».
TENGO
Guardo un par de poemas tristes por si llega el frío. Una ventana siempre abierta que me traiga olor a mar. Aún preservo mi viejo disfraz de marido, una película del oeste y anhelos de libertad. Conservo la mitad de la mitad de los besos que me prestaste. Un catalejo ya oxidado por el que te vi marchar. Un sofá con dos asientos aunque uno esté vacío. El reflejo macilento de éste inerte en el cristal. Aún poseo un cenicero con restos de tu amargura. Una sonrisa ficticia ya cansada de perder. Mi reloj de arena que sigue estando atrasado. Un desierto de recuerdos en el que muero de sed. Tengo primaveras grises e inviernos peores. Días y monotonías, noches frías ya sin fe. Una conciencia afligida, lágrimas que llevan tu nombre. Las llaves del Retiro por si decides volver.