VIVENCIAS PREMIADAS EN EL I PREMIO OROLA 2007
Primer premio de 2000 euros para «Salento» de Damián Herrera Cuesta (Oviedo).
La vivencia es un ejemplo de sutilidad, elegancia y cadencia, parece que hubiera conseguido parar el tiempo unos instantes.
SALENTO
El aire es de alambre.
Es una alambrada.
Aquí respiro granos de arena.
Poética del aliento.
Sabes que te quiero y no sé cómo
ni cuánto o hasta dónde llegará
este impúdico amarte que incendia cada segundo,
calcina cada milésima de vida…
Llueve en la punta de la llama.
Llueve brea hirviente en mi pecho negro.
Llueve en mi boca abierta al cielo gris,
y las gotas silencian la hoguera que enciende tu nombre
en el oscuro invierno de mi garganta.
El aire es una alambrada, sí,
pero no conoces la fortaleza de mi espíritu
y el dolor que me subyuga
es el dolor de la miel consagrada a tu vientre.
Es el dolor curtiente de la alegría
desbrozando los sobrios humedales de la esperanza.
Aquí. En Salento.
Segundo premio de 1000 euros para «El último latido» de Gregorio Andrés Echeverría Vidal (Argentina).
Una metáfora preciosa de la muerte y la actitud con la cual afrontarla. Emotiva, inteligentemente compuesta y con un final aludiendo a Machado que encaja perfectamente con el espíritu de los últimos versos del poeta andaluz.
EL ÚLTIMO LATIDO
Llegará una mañana de navegar el último pasillo y abrir la última puerta. Será domingo y habrá un vaso de vino y el inefable goce de la novena sinfonía; habrá el dolor callado de una esposa, las inevitables lágrimas de un hijo. Vaciaré el corazón y los bolsillos para flotar sin lastres, alguien se ocupará de mis poemas y de ordenar las magras pertenencias. Querré saber si hay sol, si en la calle se oye volar el viento; al fin —ya al margen de relojes, brújulas y calendarios— respiraré un licor de casuarina y sauce entretejiendo trébol sobre mis limoneros.
Retomaré el adagio con aquellos cangrejos en la playa de mis bisabuelos, abriré mi tatuaje a las gaviotas y haré sombra a la sombra de los antepasados absortos en sus redes. Pienso en Machado y lo comprendo: solo y desnudo, como los marineros, andaré ese pasillo y golpearé a esa puerta.
Tercer premio de 500 euros para «Vejez» de Esther Landa Samper (Zaragoza).
Merecido tercer premio para una vivencia con una estructura muy sugerente que nos lleva a detallar sonidos para luego presentarnos el tema central del texto (la vejez) y finaliza con una contraposición muy bella entre el cuerpo y la mente.
VEJEZ
El tictac del reloj.
El traqueteo del tren.
El chirrido de un somier quejándose rítmicamente.
El ruido de unos pasos sobre el piso de madera.
El gotear de un grifo mal cerrado.
El ir y venir de las olas del mar.
El golpear de un martillo clavando el clavo.
El bandeo de una ventana mal cerrada.
Sonidos intermitentes en mi memoria
en un momento vital en el que
debo reinventarme, huir de la sensación
de repetición que me rodea.
Mi alma se ha vuelto de agua
ahora que cumplo ya muchos años,
mis dedos no tienen la precisión de antaño,
no son capaces de aplicar la fuerza exacta
para que la cáscara de la nuez se rompa por donde debe.
El tiempo me dió la vuelta.
No me ignores, interprétame,
sé capaz de leer que este cuerpo seco por fuera
encierra ríos infinitos de agua.